Trabajo, seguridad y estabilidad: estos son algunos de los motivos que atrajeron a un millón de latinoamericanos hasta Madrid

Por Pau Mosquera, CNN en Español

Son cerca de las diez de la mañana y en el bar Bebe y Pica, situado en el madrileño distrito de Carabanchel, no cesa el flujo de cafés y cortados con leche. Jaqueline Cabrera, propietaria de este negocio desde hace cuatro años, se encarga con la misma energía que una directora de orquesta de que los pedidos de desayuno circulen según los recibe. Esto es, preparándolos y cobrándolos con agilidad.

Según le cuenta a CNN, dejó atrás su Bolivia natal hace veinte años “escapando” de la situación económica de su país, “para buscar una mejor situación”. Pasadas dos décadas y echando la vista atrás confiesa que se arriesgó, pero que “valió la pena”.

Como Cabrera, son muchos los latinoamericanos que han visto en España y, concretamente, en la Comunidad de Madrid, un destino donde buscar nuevas oportunidades. Una apuesta que ha llevado a incrementar de forma más que notable el peso de esta comunidad sobre el total de población, pasando de los 85.237 latinos que residían en la región en el año 1.999, a 1.068.536 contabilizados hasta el 2024, según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística.

Dado que la población total de la Comunidad de Madrid asciende a 7.009.268 personas, eso se traduce en que, prácticamente, uno de cada siete residentes en la región es latinoamericano.

Los motivos para emigrar son personales, aunque coinciden en algunas ocasiones.

“Yo vine muy jovencita”, dice a CNN Patricia, quien llegó hace veintidós años desde Ecuador, motivada por las oportunidades laborales, “una economía un poco mejor, una estabilidad” y la confianza de poder ir por la calle “tranquila”.

Unos motivos que comparte su compañera Ana, de Honduras, quien señala que salió hace siete años de su país porque “hay mucha delincuencia y también pobreza”.

José Hernández, originario de Colombia, vino hace cinco años buscando nuevas oportunidades laborales ya que, según asegura a CNN, pasada la barrera de los 40 años resulta muy difícil lograr un empleo en su tierra natal. En su caso, con 45 años, estudios de contabilidad bajo el brazo y una solicitud de arraigo en tramitación, todavía está luchando por encontrar un buen empleo en Madrid.

Al igual que Hernández, la búsqueda de un empleo y la prosperidad económica llevan a muchos a emigrar. Sin embargo, hay quienes deciden asumir todavía más riesgos y, una vez instalados, se aventuran a emprender.

Ese es el caso de Marisa Mejía, de Honduras, quien lleva casi ocho años en la capital. “Cuando se nos presenta la oportunidad hay que aprovecharla”, le cuenta determinada a CNN.

Tanto es así, que desde hace casi dos años decidió abrir junto a su hermana La Casa de la Baleada, un restaurante donde cocinan multitud de platos típicos de su tierra. “Nos aventuramos a esto, sin ningún conocimiento. Y ahora, gracias a Dios, somos un restaurante muy exitoso”, presume alegre ante CNN.

Ahora bien, emigrar no siempre resulta fácil. Para algunos, las circunstancias que les empujan a dejar su país les impiden incluso planear con la suficiente antelación este importante paso. Y ahí es donde se encuentra el caso de varios de los venezolanos que han llegado a Madrid a lo largo de 2024.

Dulce Salinas, responsable regional del partido opositor Voluntad Popular en el estado Trujillo, llegó a España el pasado 22 de noviembre huyendo de la inseguridad. “Las cosas se empezaron a complicar con la persecución y acoso por parte del régimen” tras las elecciones presidenciales del 28 de julio, cuenta a CNN.

“Sentíamos el riesgo de ser apresados o de perder la vida”, añade, y por ese motivo pasó las semanas posteriores a la celebración de los comicios moviéndose discretamente entre apartamentos de amigos o familiares que la acogían.

Pero ese estilo de vida no podía alargarse en el tiempo, de ahí que tomara la decisión de salir de Venezuela junto a su esposo el pasado 4 de noviembre para ingresar a Colombia, desde donde, posteriormente, tomaron un vuelo hacia Madrid.

Desde su llegada a la capital española, Salinas y su esposo viven acogidos en un hotel custodiado por los servicios de la Cruz Roja, donde se hospedan otras personas de diferentes nacionalidades que atraviesan situaciones de vulnerabilidad.

Pero para ella, a diferencia de otros migrantes, España no es un país de destino. La intención es que solo se convierta en una parada temporal. Y, de hecho, detalla a CNN que cuando adquirió el billete aéreo lo compró de ida y vuelta, siendo que la fecha de regreso es el próximo 16 de enero. “Confío en poder tomar ese vuelo para poder regresar a mi país y poder construir la mejor Venezuela”, comparte esperanzada.

Un regreso que no está claro que llegue a materializarse, pero sobre el que no pierde la esperanza de que se lleve a término tan pronto como sea posible.

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