Un funcionario canadiense amenaza con cortar el suministro de energía a Estados Unidos
Por Matt Egan y Paula Newton, CNN
Canadá podría tomar represalias contra la amenaza de aranceles del presidente electo de EE.UU., Donald Trump, al cortar los flujos de energía hacia Estados Unidos, advirtió un alto funcionario canadiense.
“Llegaremos al extremo de cortar la energía que va hacia Michigan, hacia el estado de Nueva York y hacia Wisconsin”, amenazó el miércoles por la noche el primer ministro Doug Ford, de Ontario, la provincia más grande de Canadá.
Ford advirtió que Canadá debe usar “todas las herramientas” disponibles si Trump cumple con su amenaza de imponer un arancel del 25% a las importaciones canadienses en su primer día en el cargo.
Dado que Ontario no es un gran productor de petróleo crudo, la amenaza de Ford parecía aplicarse específicamente a la electricidad que Estados Unidos importa desde Canadá.
“Los canadienses se verán afectados, pero puedo asegurarles una cosa: los estadounidenses también sentirán el dolor, y eso no es desafortunado”, dijo Ford.
Los aranceles propuestos por Trump podrían sumir a la economía canadiense en una dolorosa recesión. Pero la amenaza de Ford refleja que algunos en Canadá están presionando por una respuesta contundente que podría interrumpir temporalmente el suministro de energía y combustible a algunos estadounidenses.
Los comentarios de Ford también plantean el espectro de una represalia más amplia de parte de Canadá que de alguna manera interrumpa el flujo de petróleo importado a Estados Unidos, aunque los analistas dicen que tal movimiento parece poco probable en este momento.
Una guerra comercial total entre Estados Unidos y Canadá podría dañar finalmente a ambas economías, perjudicando a los consumidores y empresas a ambos lados de la frontera.
“Esta es una amenaza que no debe ser ignorada. Canadá no quiere aceptar esto sin más”, dijo Patrick De Haan, jefe de Análisis de Petróleo en GasBuddy.
Los expertos dijeron que cualquier represalia de Canadá, incluidas aquellas que vengan desde las provincias, necesitaría ser aprobada por el Gobierno federal, en Ottawa.
Estados Unidos importa regularmente energía hidroeléctrica de Ontario, Quebec y Columbia Británica. Canadá es la principal fuente de electricidad importada a Estados Unidos, aunque representa una parte relativamente pequeña del total de su consumo.
El año pasado, Estados Unidos importó 38,9 millones de megavatios/hora de electricidad, según la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA, por sus isglas en inglés). La gran mayoría de eso —33,2 millones de megavatios/hora— provino de Canadá.
Sin embargo, eso representa menos del 1% del consumo anual de electricidad de Estados Unidos, según la EIA.
Aun así, Estados Unidos y Canadá han confiado durante mucho tiempo el uno en el otro para satisfacer las demandas de energía durante períodos de alta demanda o baja oferta.
Por ejemplo, Canadá importa electricidad de Estados Unidos cuando la generación de energía hidroeléctrica es baja, como durante las sequías.
“El comercio es importante para el equilibrio de la red —igualar constantemente el consumo de electricidad con la producción de electricidad— y ayudar a asegurar el suministro”, dijo la EIA en un informe reciente.
Estados Unidos compró aproximadamente US$ 3.200 millones de energía a Canadá el año pasado, una disminución de casi el 30% desde 2022.
“Las líneas de transmisión de energía que conectan a Estados Unidos y Canadá son parte de un sistema de energía complejo y altamente interconectado, con conexiones que abarcan desde Nueva Inglaterra hasta el noroeste del Pacífico”, dijo la EIA.
Un cambio repentino en esa relación cercana podría crear dolores de cabeza para los estados de EE.UU. distribuidos a lo largo de la frontera con Canadá que a veces dependen de las importaciones de electricidad.
Sin embargo, es probable que esos problemas solo sean temporales, según RJ Johnston, director de Investigación en el Centro de Política Energética Global de la Universidad de Columbia.
“No veo que EE.UU. sea vulnerable”, dijo Johnston.
Además, señaló los abundantes recursos de electricidad disponibles en Estados Unidos y la opción de desviar energía a las regiones que la necesitan.
“Incluso en un corte prolongado, EE.UU. tiene la capacidad de agregar más capacidad de generación en un período de tiempo relativamente corto”, dijo Johnston.
En lugar de electricidad, Johnston dijo que Canadá podría tener más influencia sobre Estados Unidos en áreas que son más difíciles de compensar para los funcionarios estadounidenses, incluyendo aluminio y níquel.
Canadá también es la principal fuente de petróleo extranjero de Estados Unidos.
El año pasado, Estados Unidos importó 1,4 millones de barriles de crudo canadiense por día, lo que representa más de la mitad del total de 2,4 millones de barriles de petróleo importado por EE.UU.
De Haan, el analista de GasBuddy, advirtió que algunas refinerías en el Medio Oeste y las regiones de los Grandes Lagos dependen del crudo canadiense para producir gasolina, diésel y combustible para aviones. Dijo que la falta de petróleo canadiense podría aumentar los precios, al menos temporalmente, y dificultar el abastecimiento de combustible de algunas estaciones de servicio.
“Me preocuparía más por el suministro que por el precio”, dijo.
Sin embargo, los analistas no creen que Canadá vaya a disparar esta bala en una eventual guerra comercial, porque su economía depende tanto de la producción de petróleo como de Estados Unidos para comprar ese crudo.
Bloquear el flujo de petróleo a su mayor cliente —Estados Unidos— sería como dispararle a su propia economía en el pie.
“¿Si creo que eso alguna vez sucederá? No, porque perjudicaría a todos los involucrados”, dijo Robert Yawger, vicepresidente de Futuros de Energía en Mizuho Securities.
Sin embargo, la apertura del oleoducto Trans Mountain desde Alberta hasta el océano Pacífico deja abierta la posibilidad de que Canadá eventualmente comience a vender cantidades significativas de petróleo a Japón, Corea del Sur, China y otras naciones asiáticas.
“Por eso construyeron ese oleoducto: para tener un plan B”, dijo Yawger.
No está claro cuánto se vería afectado Estados Unidos por la pérdida de petróleo canadiense.
La producción de petróleo de EE.UU. se ha disparado en las últimas dos décadas debido a la revolución del esquisto. La producción de petróleo nacional es tan alta que Estados Unidos ahora es un exportador líder de petróleo.
Los analistas dicen que parte de ese petróleo que hoy se envía al extranjero podría desviarse para quedarse en Estados Unidos si hubiera una pérdida de barriles canadienses.
Mientras que el primer ministro de Ontario ha planteado la idea de cortar las exportaciones de electricidad a Estados Unidos, no está claro si las principales provincias productoras de petróleo estarían dispuestas a hacer lo mismo cuando se trata del recurso vital del petróleo.
“Despiértenme cuando el alcalde de Calgary o el primer ministro de Alberta comiencen a lanzar amenazas como esta”, dijo Yawger.
Danielle Smith, la primera ministra de Alberta, dejó en claro el jueves que hay poco apetito por tal movimiento, diciendo que prefiere un enfoque diplomático.
“Bajo ninguna circunstancia Alberta aceptará cortar las exportaciones de petróleo y gas”, dijo Smith.
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